Capacidades:
Clasifica materiales
según dureza y tomando en cuenta la escala de Mohs.
Identifica los efectos
de los gases invernadero.
Escala de Mohs
La escala de Mohs
sirve para determinar la dureza de cualquier mineral, como la calcita o el
cuarzo.Carl Friedrich Mohs: nació el 29 de enero de
1773, Gernrode, Alemania y murió el 29 de septiembre de 1839, Agordo,
Italia.Fue un geólogo y mineralogista Alemán. Quien inventó la escala de Mohs,
para comprobar la dureza del mineral. La escala de Mohs contempla valores de
uno a diez, siendo el diez el más duro. La dureza de un mineral depende de
cuales materiales puede ser rayado. Por ejemplo el talco es rayado con
facilidad con la uña, su dureza es uno; el cuarzo cuya dureza es siete , raya
con dificultad el vidrio.
ACTIVIDADES:
1.
¿Cuál es el mineral más
duro?
2.
Escribe las características
del hierro:
·
Es un material magnético: si no
·
Color :
·
Ductibilidad:
·
Maleabilidad:
·
Punto de fusión: aproximadamente 1500 ºC
·
Densidad alta (7,87 g/cm3 .)
·
Conductor del calor y la electricidad:
·
Se corroe:
·
Se oxida con mucha facilidad:
·
Dureza:
3.
Leer el texto, realiza un
sumillado, luego realiza un diagrama de Ishikawa muestra los efectos de los
gases invernadero.
De qué manera las actividades humanas
producen gases de invernadero
Las actividades humanas más importantes generan gases de efecto
invernadero.
Las emisiones comenzaron a incrementarse de forma espectacular
en el decenio de 1800 debido a la Revolución Industrial y a los cambios en la
utilización de la tierra.
Muchas de las actividades asociadas con la emisión de gases son
ahora esenciales para la economía mundial y forman una parte fundamental de la
vida moderna.
El dióxido de carbono resultante de la combustión de
combustibles fósiles es la principal fuente de emisiones de gases de efecto
invernadero generadas por la actividad humana.
El suministro y utilización de combustibles fósiles contribuye
en aproximadamente un 80% a las emisiones producidas por el hombre de dióxido
de carbono (CO2)y una significante cantidad de metano (CH4) y óxido nitroso
(N2O). También, genera óxidos nitrosos (NOx), hidrocarburos y monóxido de
carbono (CO), que aunque no sean gases de invernadero influyen en los ciclos
químicos en la atmósfera que crean o destruyen otros gases de efecto
invernadero como el ozono troposférico. Mientras tanto, las emisiones de
aerosoles de sulfato relacionadas con combustibles enmascaran de forma temporal
parte del efecto de calentamiento producido por los gases de invernadero.
La mayoría de las emisiones asociadas con la utilización de
energía se producen cuando se queman combustibles fósiles.
El petróleo, el gas natural y el carbón (los cuales emiten la
mayor cantidad de carbono por unidad de energía suministrada) proporcionan la
mayoría de la energía utilizada para pro- ducir electricidad, hacer funcionar
automóviles, calefaccionar hogares, y dar energía a las fábricas. Si la
combustión es completa., el único subproducto que contiene carbono sería el
dióxido de carbono, pero como la combustión a menudo es incompleta, se generan
también monóxido de carbono y otros hidrocarburos. El óxido nitroso y otros
;oxidos de nitrógeno se producen debido a que la combustión de combustibles
hace que el nitrógeno que está en el combustible o aire se combine con el
oxígeno de la atmósfera. Los óxidos sulfúricos (SOx) se generan cuando el
sulfuro (derivado primariamente del carbón y del petróleo pesado de
combustible) se combina con el oxígeno; los aerosoles de sulfatos resultantes
tienen un efecto refrigerante en la atmósfera.
La extracción, procesamiento, transporte y distribución de los
combustibles fósiles también libera gases de efecto invernadero.
Estas emisiones pueden ser deliberadas cuando se quema o libera
gas natural de los pozos petroleros, lo que emite dióxido de carbono y metano
respectivamente. También se pueden producir debido a accidentes, al
mantenimiento deficiente y a pequeñas fugas en las cabezas de pozos, las
instalaciones de tuberías y los oleoductos. El metano producido en forma natural
en los yacimientos de carbón como burbujas de gas o que está “disuelto” en el
mismo carbón, se libera cuando se lo extrae o pulveriza. Los hidrocarburos
ingresan en la atmósfera a raíz de los vertimientos producidos por los buques
petroleros o debido a pequeñas pérdidas durante la recarga de combustible en
los vehículos automotores.
La deforestación es la segunda fuente principal de dióxido de
carbono.
Cuando se talan bosques para la agricultura o la urbanización,
la mayor parte del carbono presente en los árboles que se queman o descomponen
se escapa a la atmósfera. Sin embargo, cuando se plantan nuevos bosques, los
árboles en crecimiento absorben el dióxido de carbono y lo retiran de la
atmósfera. El gran volumen neto de deforestación más reciente ha tenido lugar
principalmente en los trópicos, pero existe una gran incertidumbre científica
acerca de las emisiones resultantes de la deforestación y otros cambios en la
utilización de la tierras.
La producción de cal (óxido de calcio) para la fabricación de
cemento representa una parte importante de las emisiones mundiales de CO2
provenientes de fuentes industriales.
Como el CO2 emitido por los combustibles fósiles, el dióxido de
carbono liberado durante la fabricación de cemento se genera en la piedra
caliza y por consiguiente es de origen fósil, como sucede principalmente con
las conchas marinas y otra biomasa enterradas en los antiguos sedimentos
oceánicos.
Los animales domesticados emiten metano. El segundo gas
invernadero más importante después del dióxido de carbono es el metano
producido por el ganado bovino, vacas lecheras, búfalos, cabras, ovejas,
camellos, cerdos y caballos. La mayoría de las emisiones de metano relacionadas
con la ganadería se generan por la fermentación intestinal de los alimentos causada
por bacterias y otros microbios en los tractos digestivos de los animales; otra
de las fuentes resulta de la descomposición del estiércol de los animales.
El cultivo de arroz también produce metano.
El cultivo de arroz en “tierras húmedas” o “arrozales” genera
aproximadamente de un quinto a un cuarto por ciento de las emisiones mundiales
de metano derivado de la actividad humana. El arroz de tierras húmedas, que
representa más del 90% de toda la producción arrocera, se cultiva en campos
inundados o regados durante la mayor parte de la temporada de cosecha. Las
bacterias y otros microorganismos que se encuentran en el suelo de los
arrozales descomponen la materia orgánica y producen metano.
...como así también la eliminación y tratamiento de basura y
residuos humanos.
Cuando se entierran desperdicios en basurales, tarde o temprano
éstos experimentan una descomposición anaeróbica (sin oxígeno) y emiten metano
(y algo de dióxido de carbono). Si el gas no se capta y emplea como
combustible, el metano termina escapándose a la atmósfera. Esta fuente de
metano es más común cerca de las ciudades donde los residuos provenientes de
las casas se transportan a un basural central, que en las zonas rurales, donde
los desechos se queman o se dejan para su descomposición al aire libre. También
se emite metano cuando se tratan anaeróbicamente los residuos humanos
(alcantarillado) como por ejemplo en estanques anaeróbicos o lagunas.
La utilización de fertilizantes incrementa las emisiones de
óxido nitroso.
El nitrógeno presente en muchos fertilizantes orgánicos y
minerales, además del estiércol, acelera los procesos naturales de
nitrificación y desnitrificación producidos por bacterias y otros microbios en
el suelo. Dichos procesos convierten una parte del nitrógeno en óxido nitroso.
La cantidad de N2O emitida por cada unidad de nitrógeno aplicada en la tierra,
depende del tipo y cantidad de fertilizante, las condiciones del suelo y el
clima, ecuación compleja que aún no se comprende totalmente.
La industria ha inventado, para usos especializados, varios
gases de invernadero potentes de larga duración.
Desarrollados en el decenio de 1920, los clorofluocarbonos (CFC)
han sido utilizados como propulsores en aerosoles, la fabricación de espumas
plásticas para almohadones y otros productos, en las bobinas de enfriamiento de
refrigeradores y aparatos de aire acondicionado, así como en los materiales
para la extinción del incendios y como solventes de limpieza. Gracias al
Protocolo de Montreal relativo a Sustancias que agotan la capa de ozono, las
concentraciones atmosféricas de muchos CFC se están estabilizando, y se prevé
que disminuyan en las próximas décadas. Como sustitución de los CFC inocua para
el ozono se están empleando otros halocarbonos, principalmente los
hidrofluorocarbonos (HFC) y perfluorocarbonos (PFC), que contribuyen al
calentamiento global, por lo cual su reducción se ha convertido en objetivo en
virtud del Protocolo de Kyoto de 1997. El Protocolo también establece metas en
relación con el hexafluoruro de azufre (SF6) usado como aislante de
electricidad, conductor de calor, y agente refrigerante; se estima que,
molécula por molécula, su potencial de efecto invernadero es 23.900 veces mayor
que el del dióxido de carbono.
Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y
la Secretaría sobre el Cambio Climático (UNFCCC).
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